Cinco noches llevo pensando. Cinco. Y hoy he decidido que es la última noche en la que lo hago. Cinco es más que suficiente.

Una moneda, necesito una moneda y que la suerte diga el resto. ¿Voy a dejar que la suerte, la cara o la cruz, la incertidumbre decidan? Sí, no puedo más, cinco noches son más que suficientes.

Cara sí, cruz no. Mejor al revés. Cara no, cruz sí. No, como al principio, la primera idea es la que vale. ¿Valdrá? Voy a lanzar la moneda. Espera ¿y si la respuesta no es la que quiero?. Saldrá la respuesta que quiero. La lanzo. Cara, eso es que sí, es lo que quiero.

Me voy, voy tras él. Me espera, me lo dijo. Sólo han pasado cinco noches, aún me espera, lo sé.

Un bolso, necesito un bolso grande en el que reunir toda mi vida nueva, la vieja se va a quedar aquí, con las noches de insomnio, con los quehaceres no hechos, con las obligaciones sin sentido, con las carreras, las prisas, las exigencias, todo eso se queda aquí, no me cabe en el bolso. Este bolso tengo que llenarlo de vida nueva. De ilusión, de amaneceres, de colores, mi barra de labios roja que no se me olvide.

Un libro, necesito un libro y dejaré el resto aquí, de entre todos sólo uno. Aquí no hay decisión que tomar, ya está tomada, nuestro libro compartido, nuestro libro manoseado, llorado y reído. Voy tras él y no necesito más referencia por el camino que este libro.

Un adiós a este lugar. Un hola a la ciudad, una nueva vida más caótica, más frenética quizás, pero con una yo distinta de la que se va de aquí. Más segura.

Cinco noches son más que suficientes para aclarar esta cabeza loca que no se decide ni conforma con nada, que buscaba un sueño aquí, en este lugar y encontró una pesadilla. Que encontró a la persona y la dejó escapar por miedo, por perder lo que no había tenido aquí, por no intentar lo que podía conseguir allí.

Cinco noches sin él han sido más que suficientes. Cinco noches de insomnio, de buscarlo a tientas entre las sábanas para acabar con el vacío. Cinco noches sin su olor, sin su calor, sin sus manos, sin su risa, sin su mirada en la mía.

Cinco noches.

Cinco noches son más que suficientes.